El Mexuar era la sala de recepción pública del castillo, dónde el Sultán y sus visires atendían a las peticiones de los súbditos. Cuando el rey no se encontraba en palacio era el Cadí, en la sala adjunta, el que oía a los negociantes. En su puerta, un azulejo de la pared reza: «Entra y pide. No temas de pedir justicia que hallarla has». Posteriormente, alrededor de 1632, estas salas se convirtieron en capilla cristiana, y se construyó un coro.
El Oratorio está situado en el fondo. Fue restaurado en 1917, ya que se encontraba en un pésimo estado debido a la explosión en 1590 de un polvorín en el valle del Darro. La pared frontal presenta cuatro balconcillos, con arcos gemelos y pequeñas ventanas. El mihrab, muy decorado, tiene arco de herradura adovelado, y presenta varias inscripciones que hacen referencia a preceptos del Corán, así como elogios a Mohamed V.
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