El Generalife

Casa de recreo de los sultanes de Granada, cuando éstos querían huir de la vida oficial del palacio. Rodeada de huertos y jardines, estos últimos de reciente creación, junto con el anfiteatro a la entrada, que acoge cada año algunos de los espectáculos del Festival de Música y Danza.
El nombre, de dudosa procedencia, parece provenir del árabe Yanat- al- Arif o Jardín del Arquitecto, en un claro simbolismo poético-religioso que alude a Dios, Allah, como arquitecto, creador del Universo. Se construyó a mediados del s. XIII, y según reza una inscripción de 1319, el rey Abu I-Walid Isma'il (1313-1324) lo redecoró. A pesar de su proximidad a la Alhambra y de su estrecha relación entre ambos conjuntos, se consideraba fuera de la ciudad.

Merece la pena subir hasta la Escalera del Agua, sobre todo en verano, para dejar escapar entre los dedos el agua clara y fría que corre por los pasamanos.



Patio de la Acequia

Es la parte más importante del Generalife. Presenta un canal que divide el patio longitudinalmente, que conduce las aguas de la acequia de la Alhambra, y que está rodeado de un conjunto de pequeños surtidores, y que termina en sus extremos en dos tazas de piedra. El resto del patio está ocupado por distintas especies vegetales que han ido variando según los gustos de la época. En la actualidad encontramos setos de arrayán, naranjos, cipreses y rosales. El otro lado del patio lo forma un grueso muro con dieciocho arcos ojivados, abiertos hacia 1670.



Patio de los Cipreses

Este patio tiene un estanque central rodeado por setos de arrayán y en el centro del estanque existe otro pequeño estanque con una fuente de piedra. El patio recibe su nombre de los viejos cipreses que encontramos en los cenadores, el más famoso de los cuales es el Ciprés de la Sultana en el que, según la leyenda, se veían la esposa de Boadbil y un caballero abencerraje, lo que desencadenó finalmente la muerte de los señores de esta noble tribu, que fueron degollados.



Escalera del Agua


Para acceder a la zona más elevada del Generalife se encuentra la Escalera del Agua, subsistente del primitivo recinto, aunque muy modificada, famosa por el agua de la acequia del Sultán deslizándose por los canales de sus muros. A intervalos de tres descansos, en cuyos ejes se sitúan pilas circulares de las que, en su origen, partía un canalillo, hoy perdido; pero sobre los parapetos que bordean la escaleras sí corren canales hechos con tejas invertidas, por los que baja el agua de la Acequia Real permanentemente.



Mirador Romántico

Al final de la escalera del Agua se alcanza la cota más alta del Generalife. De ahí que, como observatorio privilegiado, el administrador de la finca, don Jaime Traversa, construyera en 1836 un Mirador Romántico en estilo neogótico, muy a tono con la época, y verdadero contrapunto con el resto y tal vez con los posibles vestigios de que en ese punto existiera, según apuntan algunos autores, un oratorio musulmán.



Jardines Altos

Estos jardines, distribuidos en diferentes paratas, completan el área palaciega del Generalife al que sirven de cobertura en su parte más elevada, disponiendo por ello de una orientación y de una de las vistas más destacadas de la finca. Pequeñas fuentes con surtidores entre los parterres cercados, algunos bellísimos ejemplares de magnolios, arbustos olorosos y una cuidada alternancia de ejemplares arbóreos de hoja perenne y caduca, hacen de estos jardines abrigados de los fríos vientos del Norte, un pequeño y romántico jardín botánico, digno de la mejor tradición humanista europea.



Paseo de las Adelfas


Es un largo sendero que recorre la parte superior del muro de separación de las huertas, cubierto todo él por una bóveda de adelfas. Este paseo se construye a mediados del siglo XIX como acceso romántico al palacio del Generalife. Al inicio de su trayecto desde los Jardines Altos, se conserva uno de los ejemplares más antiguos que se conoce de arrayán morisco, una de las maravillas botánicas del jardín, cuya huella genética se investiga actualmente. En el otro extremo, el paseo enlaza con el Paseo de los Cipreses.



Teatro del Generalife


Para la puesta en marcha del proyecto del Festival Internacional de Música y Danza, se extendieron los jardines del Generalife hacia el sur y se construyó en su extremo un amplio teatro al aire libre, inspirado la disposición del clásico riad nazarí, obra del arquitecto conservador, Francisco Prieto Moreno. El teatro se inaugura en 1954, como sede principal de las representaciones de ballet del Festival.
Desde su construcción, se han realizado en él diversas obras de adecuación con objeto de dar cabida a espectáculos cada vez más complejos, acordes con la magnificencia y carácter incomparable del marco en el que se desarrollan.

Palacio de Carlos V



El origen del Palacio de Carlos V se debió a la necesidad de un lugar que reuniese todas las comodidades de la época para el emperador y su familia, ya que el Alcázar, que era su residencia de verano, no cubría sus necesidades. El emperador ordenó la construcción del palacio junto a la Alhambra para poder disfrutar de sus maravillas. La construcción comenzó en 1527 y finalizó en 1957, pasando por varias etapas, falta de fondos, sublevaciones que pararon las obras, etc. Los techos llegaron a hundirse por abandono. El palacio es cuadrado, con una fachada principal de 63 metros de ancho por 17 metros de alto. Destaca su patio circular en el centro, único en su estilo y la obra más destacada del renacimiento en España. A finales del s.XX cuando se habilitan los museos en su interior. Museo de Bellas Artes, en el piso superior y Museo de la Alhambra, en el piso bajo. El edificio alberga también, exposiciones temporales, así como algunos de los conciertos del Festival de Música y Danza de Granada, en el patio.


Patio

Información:

La entrada para Palacio de Carlos V es gratis. En cuanto a los museos, el de Bellas Artes es gratis para los ciudadanos de la UE y para el resto de ciudadanos es de 1.5 €. El museo de la Alhambra es gratuito para todos los visitantes.

Alcazaba


Recinto militar fortificado. Es la parte más antigua de la Alhambra. Las primeras construcciones árabes datan de la época califal, posiblemente sobre restos de una fortificación romana. En el s XI, los ziríes amplían el recinto, al convertirse Granada en la capital de uno de los reinos de Taifas, aun así, las construcciones principales datan de la época nazarí, s. XIII al XV; en el recinto se encuentran también algunos añadidos cristianos, como la redonda Torre del Cubo. En esta zona está la famosa Torre de la Vela, torre vigía desde donde se contempla una vista inigualable de la ciudad, la Vega y la Sierra Nevada. Las casas de los soldados han desaparecido, y las mazmorras están cerradas, pero se puede caminar por algunas torres, adarves y caminos de ronda.


Jardines de los Adarves

Se encuentran a la entrada de la Alcazaba. Se denominan así por estar situados en el adarve bajo de la fortaleza y es uno de los lugares desde los que se puede admirar uno de los más bellos paisajes de la ciudad. No en vano, en el extremo occidental del jardín, hay un mirador de donde arranca la muralla que se une a las Torres Bermejas, muralla en la que se han colocado los famosos versos del poeta Francisco A. de Icaza que dicen: 'Dale limosna mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada'.




Plaza de Armas

Constituía la entrada original a la Alcazaba. Estaba compuesta por un conjunto de construcciones en las que se realizaban distintos servicios a los habitantes de la fortaleza. A la derecha existe un gran aljibe de dos naves, que debía ser cisterna de agua de lluvia, pero que a partir del siglo XVII empezó a recibir agua de la acequia de la Alhambra. Cerca del aljibe, a la izquierda de la puerta de la Alcazaba, hay un baño. En el centro de la plaza y parte del muro encontramos los cimientos de varias casas árabes, donde vivía la población civil encargada de cubrir las necesidades de los dignatarios y militares que allí se encontraban. También podemos encontrar, como no, una gran mazmorra casi al pie de la Torre Quebrada.

Palacio de los Leones



Es aquí donde el rey hacía su vida privada y familiar. Se comenzó a construir en 1377 por Muhammad V, hijo de Yusuf I. En este palacio el arte nazarí alcanza su máximo esplendor, en el que se alcanza una belleza de una sensibilidad y armonía incomparables, donde la luz, el agua, el colorido, la decoración exquisita, convierte a este palacio en una maravilloso placer para los sentidos, en el que se deja atrás el periodo anterior de decoraciones más abstractas y geométricas para dar paso a un estilo más naturalista, sin duda influjo de lo cristiano, acrecentado por la amistad que mantuvieron Mohamed V y Pedro I, el Cruel, por aquel entonces monarca cristiano. El palacio está compuesto por un patio central (Patio de los Leones), rodeado de galerías de columnas a modo de claustro cristiano, que permite el acceso a distintas salas: al oeste la de los Mocárabes, al este la de los Reyes, al norte la de Dos Hermanas, Ajimeces y Mirador de Daraxa y al sur la de los Abencerrajes y el Harén.


Patio de los Leones

Tiene 124 columnas de mármol que rodean todo el patio y que simbolizan un bosque de palmeras. En el centro, la fuente de los Leones. La teoría más convincente es que representa a los 12 leones que sostienen el mar o las 12 tribus de Israel (todos los leones llevan un triángulo equilátero en su frente que representa a las dos tribus elegidas Judá y Leví). La fuente, del siglo XI, es anterior al palacio y estuvo en la casa del visir judío Negrela que la regaló al rey. Otros opinan que los leones representan los signos del zodiaco, los meses del año o son la materialización de las lágrimas de una princesa que cayeron al patio.


Palacio de Comares


El Palacio de Comares constituía la residencia oficial del monarca. Yusuf I quiso que la decoración de su residencia oficial dejara maravillado al visitante, por lo que ordenó que se construyera y adornara de manera exquisita, aunque probablemente no viese terminada esta obra, ya que diversas inscripciones atribuyen su autoría a su hijo Mohamed V, que terminó su obra, el cual además, construyó una fachada a lado sur del Patio del Cuarto Dorado. Todo el muro está decorado con bellísimos adornos y numerosas inscripciones, que rezan el lema «Sólo Dios es vencedor». En el friso de madera labrada podemos leer uno de los poemas que Ibn Zamrak dejó tatuados en el palacio nazarí. El Palacio comprende los siguientes sitios:


Patio de los Arrayanes


Situado en el centro del palacio y de planta rectangular. Su gran estanque central se convierte en un gran espejo. El nombre del patio se debe a los arrayanes (mirtos) que tiene dispuestos ambos lados del estanque. Al norte, la Torre de Comares a la que se llega a través de la Sala de la Barca.




Sala de la Barca

Es la antecámara del salón real (Salón de Embajadores). Su techo tiene forma de barca invertida y es posible que de ahí le venga el nombre. También puede deberse a la transcripción de "baraka" (=bendición en árabe) y que se encuentra en la sala. Hay poemas en los paredes que cantan las alabanzas de un Sultán muerto. Un fuego destruyó mucho de esta parte en 1890 y una bóveda de madera reemplazó el techo.




Torre de Comares

Es la mayor de las torres existentes en la Alhambra, con una altura de 45 metros. Su nombre se debe a las vidrieras de colores de los balcones que iluminan la gran sala que ocupa el interior de la torre, denominadas «comarías». En el interior se encuentra el Salón de los Embajadores. Se dice que en esta torre se celebró el Consejo en el que se acordó entregar Granada a los Reyes Católicos. Cuentan que desde uno de sus balcones, la madre de Boabdil, al saber que su hijo estaba negociando con los cristianos la rendición, le dijo: «Mira lo que entregas y acuérdate de que todos tus antepasados murieron reyes de Granada y el reino muere en tí». También dice la leyenda que fue aquí donde Cristóbal Colón convence a los Reyes Católicos de su expedición a las Indias por Occidente que le llevó al descubrimiento de América el 12 de Octubre de 1492, y donde la reina Isabel le ofrece a Colón sus joyas para financiar el viaje.




Salón de Embajadores

Esta es la sala más majestuosa de palacio, donde se encontraba el trono y se realizaban las recepciones oficiales. Está lleno de poemas, alabanzas a Dios, al emir, el lema de los nazaríes o textos del Corán.


El Mexuar y el Oratorio



El Mexuar era la sala de recepción pública del castillo, dónde el Sultán y sus visires atendían a las peticiones de los súbditos. Cuando el rey no se encontraba en palacio era el Cadí, en la sala adjunta, el que oía a los negociantes. En su puerta, un azulejo de la pared reza: «Entra y pide. No temas de pedir justicia que hallarla has». Posteriormente, alrededor de 1632, estas salas se convirtieron en capilla cristiana, y se construyó un coro.

El Oratorio está situado en el fondo. Fue restaurado en 1917, ya que se encontraba en un pésimo estado debido a la explosión en 1590 de un polvorín en el valle del Darro. La pared frontal presenta cuatro balconcillos, con arcos gemelos y pequeñas ventanas. El mihrab, muy decorado, tiene arco de herradura adovelado, y presenta varias inscripciones que hacen referencia a preceptos del Corán, así como elogios a Mohamed V.


La Alhambra. Introducción

La Alhambra, denominada así por sus muros de color rojizo («qa'lat al-Hamra'», Castillo Rojo), está situada en lo alto de la colina de al-Sabika, en la margen izquierda del río Darro, al este de la ciudad, frente a los barrios del Albaicín y de la Alcazaba.

Su posición estratégica, desde la que se domina toda la ciudad y la vega granadina, hace pensar que existían construcciones anteriores a la llegada de los musulmanes. Su conjunto, completamente amurallado, posee una forma irregular limitado al norte por el valle del Darro, al sur por el de la al-Sabika, y al este por la Cuesta del Rey Chico, que a su vez la separan del Albaicín y del Generalife, situado en el cerro del Sol.

Se tiene constancia por primera vez de ella en el siglo IX, cuando en 889 Sawwar ben Hamdun tuvo que refugiarse en la Alcazaba y repararla debido a las luchas civiles que azotaban por entonces al Califato cordobés, al que pertenecía Granada. Posteriormente, este recinto empezó a ensancharse y a poblarse, aunque no hasta lo que sería con posterioridad, ya que los primeros monarcas ziríes fijaron su residencia en lo que posteriormente sería el Albaicín.
A pesar de la incorporación del castillo de la Alhambra al recinto amurallado de la ciudad en el siglo XI, lo que la convirtió en una fortaleza militar desde la que se dominaba toda la ciudad, no sería hasta el siglo XIII con la llegada del primer monarca nazarí, Mohamed ben Al-Hamar (Mohamed I, 1238-1273) cuando se fijaría la residencia real en La Alhambra. Este hecho marcó el inicio de su época de mayor esplendor.

Primero se reforzó la parte antigua de la Alcazaba, y se construyó la Torre de la Vela y del Homenaje, se subío agua del río Darro, se edificaron almacenes, depósitos y comenzó la construcción del palacio y del recinto amurallado que continuaron Mohamed II (1273-1302) y Mohamed III (1302-1309), al que también se le atribuyen un baño público y la Mezquita sobre la que se construyó la actual iglesia de Santa María.

A Yúsuf I (1333-1353) y Mohamed V (1353-1391) les debemos la inmensa mayoría de las construcciones de la Alhambra que han llegado a nuestra época. Desde la reforma de la Alcazaba y los palacios, pasando por la ampliación del recinto amurallado, la Puerta de la Justicia, la ampliación y decoración de las torres, construcción de los Baños y el Cuarto de Comares, la Sala de la Barca, hasta el Patio de los Leones y sus dependencias anexas. De los reyes nazaríes posteriores no se conserva prácticamente nada.

De la época de los Reyes Católicos hasta nuestros días podemos destacar la demolición de parte del conjunto arquitectónico por parte de Carlos V para construir el palacio que lleva su nombre, la construcción de las habitaciones del emperador y el Peinador de la Reina y el abandono de la conservación de la Alhambra a partir del siglo XVIII. Durante la dominación francesa fue volada parte de la fortaleza y hasta el siglo XIX no comenzó su reparación, restauración y conservación que se mantiene hasta la actualidad.

Aljibe de Trillo


Los aljibes son depósitos subterraneos, con paredes de buenos morteros hidráulicos para hacerlas impermeables, que tiene por objeto recibir y guardar el agua de llovediza o la de fuente o río que en él se eche para el consumo de las casas, edificios o fortalezas. Recogidas las aguas y llevadas por cañerías a un primer receptáculo, llamado cisternilla, dejan allí el cieno y suciedades que puedan contener pasando luego a otra cavidad más grande cerrada por una bóveda que es el aljibe propiamente dicho. El Albayzín cuenta con numerosos aljibes de los que se abastecía la gente del barrio, el más conocido es el aljibe del Trillo cuyo nombre proviene de un vecino qie vivió allí en el s. XVI. Este aljibe consta de dos arcos apuntados, uno exterior y otro en su parte interior más pequeño que está clausurado y es por donde se extraía el agua. Otros aljibes situados en el Albayzín son los de San Nicolás, San Miguel, San José, San Bartolomé, san Cristobal, Plaza del salvador, Plaza del Abad, Aljibe de Trillo y el Aljibe del rey o Al-Quadim(s.XI).

Convento de las Tomasas


El convento de Santo Tomás de Vilanueva es más conocido como "el de las Tomasas" y está situado en el carril del mismo nombre. Fue fundado por la beata granadina Antonia de jesús, quien, en vista de las numerosas seguidoras que tenía, y aconsejada por su confesor (un religioso agustino), decidió en 1630, situar un beatorio en el Albayzín frente al convento de Agustinos Descalzos.

Fuente del Avellano


Aguas arriba del Paseo de los Tristes, y escondida en una densa alameda, se encuentra esta fuente, donde, a principios del siglo XX acudían para sus tertulias escritores e intelectuales, como Ángel Ganivet, Falla e incluso un joven Lorca. No sólo de arte vive el hombre, y así se cuenta que no eran pocas las tertulias de Ganivet y Rusiñol junto a la fuente, mediadas por el orujo en garrafas.

Casa de Chapiz


Toma su nombre del noble morisco que vivió aquí después de la conquista. Fue construída en el estilo de la Alhambra, en el siglo XVI. Es ocupada actualmente por la Escuela de Estudios Árabes. Está en la cuesta del Chapiz.

Paseo de los Tristes


Se llama así porque antes los granadinos llevaban a sus muertos a cuestas por él, cuando se dirigían al cementerio en el cerro de la Alhambra. Pero el nombre oficial es el Paseo del Padre Manjón, por el sacerdote que fundó la escuela para niños pobres que se encuentra a unos pasos en el Sacromonte.

El Bañuelo


Junto a la Carrera del Darro se conserva el baño de Nogal (Hamman al Yauzá) o Bañuelo, baños árabes de época del rey zirí Badis Ibn Habus (siglo XI). Aparte de los baños privados, los públicos o hammanes tenían un claro sentido cívico y religioso. Los habitantes del barrio acudían a lavarse, cuidarse el cuerpo y compartir conversación.

Carrera del Darro


Es un paseo empedrado junto al río Darro, con casas antiguas (siglos XVI y XVII) recientemente restauradas. A lo largo del paseo podremos encontrarnos con diferentes monumentos. Siguiendo la Carrera, en la orilla opuesta del río, nos encontramos con el Puente del Cadí (s. XI), que unía la Alhambra con el Albayzín. Es uno de los paseos más románticos, con sus restos de un puente y de un baño moro, y sus dos puentes de piedra, sus dos conventos y una iglesia. Tiene, además, varios palacios - y todo a la sombra de las poderosas torres de la Alhambra.


Casa Museo donde murió San Juan de Dios en 1550. Alberga una importante colección de obras de arte sacro además de una interesante colección de porcelanas, orfebrería, mobiliario y otros objetos curiosos procedentes de paises de misión. Dirección: C/ Convalecencia, junto Plaza Nueva, frente a Iglesia Sta. Ana.



Es la calle más larga del Albaicin, y fue una vía romana que llevaba hasta la ciudad de Guadix. Fue llamada de los Reyes porque su iglesia, dedicada a San Juan, fue la primera mezquita que consagraron los Reyes Católicos después de tomar la ciudad.

Calle de La Calderería


Calle de La Calderería

Tetería


Tienda árabe

Ya no se arreglan calderas en esta callejuela, pero sí se calienta el ambiente cuando la gente invade sus teterías, con una gran variedad de tés, donde el ambiente y la música parece conducirte a las mil y una noches. También hay tiendas con gran variedad de productos árabes (babuchas, chilabas, teteras, incienso, té), y una infinidad de tiendas de ropa, con toques hippies y variopintos. Quizás la mejor manera de adentrarse en el Albaicín sea por esta calle.

Palacio de Dar al-Horra


Uno de los monumentos menos conocidos de Granada, pero también uno de los más interesantes, es el palacete que el sultán Muley Hacen hizo construir para su esposa Aixa, cuando la repudió en favor de una joven cautiva cristiana, Isabel de Solis, y que se quedó con el nombre de Dar al-Horra, la "casa de la señora". Sus jardines y dependencias fueron utilizadas por la Reina Isabel después de la conquista de 1492 para implantar el convento de monjas de clausura que aún lleva su nombre, hasta su adquisición por parte del Estado, ya avanzado el siglo XX.

Plaza Larga


Esta plaza es, sin duda, el corazón del Albaicín. Sus tabernas ponen mesas en la calle durante los días de invierno y las noches de verano. Los sábados por la mañana hay un mercadillo muy animado.

Puerta Nueva o de las Pesas



El barrio de la Vieja Fortaleza se encuentra separado del Albaicín propiamente dicho por la Puerta Nueva. Fue llamada "nueva" por los mismos Ziríes, cuando la construyeron a fin de reemplazar la cercana Puerta de Hernán Roman. Taparon sólamente la parte externa, dejando un hueco en el lado interno, en el cual, siglos más tarde, los cristianos colocaron una capilla dedicada al patrón de Granada, San Cecilio. También recibe el nombre de Puerta de las Pesas, ya que en ellas se colocaban las pesas trucadas de los comerciantes que aún hoy pueden verse colgadas encima del arco. Data del S.XI.

Colegiata de San Salvador


Esta iglesia lleva el nombre de colegiata porque estaba destinada a la evangelización de los musulmanes de Granada, después de la conquista del año 1492. Primero se instaló en lo que había sido la Gran Mezquita del Albaicín, y cuando se demolió el viejo edificio, se conservó el patio con su pozo dónde los fieles se lavaban los pies antes de rezar, transformándolo en el claustro de la nueva iglesia. Hoy, este patio es uno de los monumentos musulmanes más antiguos de la ciudad, siendo de la época almohade, anterior a la de los nazaríes.

Iglesia de San Nicolás


Se levantó sobre una mezquita anterior, de la que solo queda el aljibe. Esta iglesia, con la de San Cristóbal, es la más antigua de las iglesias mudéjares granadinas. Situada frente al mirador de San Nicolás.

El Mirador de San Nicolás


Se encuentra en la parte alta del Albaicín. Uno de los sitios más bellos, porque es de donde se ve la Alhambra en su total esplendor. Por las tardes es punto de encuentro de turistas, ancianos, hippies, pintores, escritores, románticos, bohemios.

La Ermita de San Miguel Alto


Domina la ciudad desde su emplazamiento en la muralla del siglo XIV, construida por los nazaríes para proteger Granada y la Alhambra. En primer plano se ve la Colegiata de San Salvador, que fue la Gran Mezquita del Albaicín.

Mirador de San Cristóbal


Desde aquí se divisa parte del Albaicín, lo que queda de la muralla defensiva (construida por los Reyes Ziríes en el s. XI). También se puede apreciar parte de la ciudad de Granada así como su extensa vega.

El Albaicín


Pasear por el Albaicín es realizar un viaje a sus raíces moriscas además de un disfrute para los sentidos. Recorrer su laberinto de estrechas calles perfumadas de jazmín, contemplar los jardines de los cármenes (sus típicas viviendas) o acompañar un aromático té con un delicioso pastelillo árabe, son experiencias que no se deben perder. Las yedras se descuelgan por paredes blancas. En su interior, bellos jardines, huertas y árboles frutales hacen de los cármenes pequeñas alquerías. Desde este barrio se pueden contemplar unas preciosas vistas de la Alhambra, de la ciudad y de la Vega granadina, como podemos comprobar en los miradores de San Nicolás y de San Cristóbal.

Madraza


Fundada por Yusuf I (1349), fue la primera universidad de Occidente al estilo de la norteafricana. Fue también edificio religioso y dedicado al estudio de las ciencias teólogicas y la jurisprudencia. Por regla general estos edificios tenían un patio con naves en tono a él, ocupadas por habitaciones de estudiantes una sala grande abierta en uno de los lados para la enseñanza y la oración colectiva. Cedido el edificio por los Reyes Católicos para la cas del Cabildo fue derrumbado casi entero a partir de 1722, quedando en pie la sala de oración y fragmentos de su portada. En la actualidad pertenece a la Universidad de Granada, aréa de cultura; en algunas ocasiones podemos encontrar exposiciones.
Ubicación: Centro de Granada, Junto la Capilla Real. C/ Oficios

Casa de los Girones


El edificio es una construcción del barroco andaluz levantada en el siglo XVIII y posee dos salas de exposiciones con líneas de actuación bien diferenciadas. Una, situada en la primera planta, donde tienen lugar las exposiciones más importantes del centro. Otra, ubicada en la planta sótano, está reservada a la promoción de artistas menores de treinta años. Durante un tiempo fue sede de la inquisición. También se la conoce como Palacio de los Condes de Gabia. Dirección: Calle Ancha de Santo Domingo, 1

Casa de los Tiros


En realidad es el Palacio de los Gil Vázquez-Rengifo, pero es conocida popularmente como Casa de los Tiros, por los mosquetones (que pegan tiros) que aparecen en la almenas existentes en la ultima planta. Tanto este edificio como el Generalife y otros inmuebles mas, hasta 1.921 perteneció a Marqueses de Campotejar, pero tras un pleito, que duró tres siglos, revertió a manos del Estado. En el 1929 pasó a manos del patronato de turismo, ubicándose en ellas las oficinas y el Museo de Turismo e Historia de la ciudad. Inaugurado en 1929, su colección está constituida por pintura de los siglos XVII al XIX, escultura barroca granadina, cerámica de Fajalauza, tejidos populares y una colección de muebles del siglo XIX. Entre sus fondos destacan dibujos, acuarelas, grabados, litografías, una colección de fotografías de la ciudad y de sus monumentos. El museo también posee una hemeroteca, una biblioteca especializada en temas de Granada y los archivos de la Real Chancillería. Está catalogado como un Bien de Interés Cultural. Dirección: Calle Pavaneras, 19.

Teatro Isabel La Católica


Construido a finales de la década de los 40, obra del arquitecto D. Miguel Olmedo. Se trata de un teatro a la italiana, que se encuentra inserto en un edificio de viviendas, no existiendo en el exterior ningún signo del edificio teatral. Situado en la Calle Acera del Casino entre Puerta Real y la Fuente de las Batallas.

Río Genil


El Río Genil a su paso por Granada

;;

Blogger Templates by Blog Forum